Este año, todos hemos visto cómo el mundo cambiaba en cuestión de semanas. Nuestras prósperas ciudades se convirtieron en pueblos fantasmas cuando la amenaza del COVID -19 se hizo demasiado grande para ser ignorada. Personas de todo el mundo se refugiaron en sus casas para ayudar a frenar la propagación del mortal virus, permitiendo sólo a los primeros intervinientes y a otros trabajadores esenciales realizar sus tareas para mantener nuestra economía en funcionamiento. Las empresas se vieron obligadas a cerrar o a realizar sus tareas a distancia.
En los últimos meses, hemos aprendido un nuevo significado de "Just in Case®".
Protegimos a nuestro personal y a nuestros abogados, que siguieron dedicados a proteger a los heridos y acusados, pasando a trabajar desde casa, por si acaso. Nuestro equipo demostró su compromiso respondiendo a nuestros clientes de forma remota y eficiente.
A pesar de que los tribunales estaban cerrados, hicimos todo lo posible para seguir sirviendo a nuestros miles de clientes, manejando las comparecencias en la corte y las deposiciones a través de Zoom, negociando con las compañías de seguros, y logrando las mejores resoluciones del caso. Sabíamos que sus circunstancias "por si acaso" no podían esperar, así que nosotros tampoco.
Y en el lado más ligero, cuando la orden inicial de "quedarse en casa" se extendió, nos dimos cuenta de que nuestra fiesta anual no podría celebrarse como antes. Aunque nos hubiera encantado recibirlos a todos en la cúpula, como cada año desde hace casi 20 años, organizamos nuestra fiesta en su casa con un paquete de fiesta pandémica para hacer, por si acaso.
El trabajo a distancia puso de manifiesto las ineficiencias y descubrimos mejores formas de hacer las cosas. Los límites de las descripciones de los puestos de trabajo desaparecieron cuando nuestros equipos dieron un paso adelante y se cruzaron para ayudar a otros equipos. La pandemia también nos permitió redescubrir lo que importa: nuestras familias, nuestros amigos, nosotros mismos. El mundo será mejor si nos tratamos con más compasión, dignidad y respeto.
Y aunque ninguno de nosotros está seguro de cuánto tiempo afectará a nuestras vidas la amenaza del nuevo coronavirus, prometo que el bufete de abogados que fundé hace 40 años se adaptará y hará lo que sea necesario. Después de representar a decenas de miles de personas lesionadas y a sus familias durante décadas, sé que "por si acaso" nunca es algo que se pueda planificar, sino algo que el bufete Richard Harris defiende.
Estamos agradecidos por poder seguir sirviéndoles. Nuestros clientes creen en nosotros y se preocupan lo suficiente por sus seres queridos como para enviarlos a nosotros en busca de ayuda. Como el mayor bufete de abogados de lesiones personales de Nevada para el pueblo y uno de los más grandes del Oeste, ofrecemos el mejor servicio y los mejores resultados posibles. Y aunque no parezca lo mismo, sigue estando al nivel que nuestros clientes esperan.
-Rick
